Glorioso y bienaventurado san Lázaro,
en ti depositamos nuestros sueños,
nuestras esperanzas y deseos,
a ti suplicamos en nuestras carencias y necesidades.
Dígnate conceder nuestros ruegos,
y haz que todos aquellos
que llenos de confianza en tu misericordia te invocamos
seamos preservados de todo mal,
de toda enfermedad,
de todo lo que pueda turbar nuestra tranquilidad
y seamos bendecidos por tu milagrosa intercesión.
y haz que todos aquellos
que llenos de confianza en tu misericordia te invocamos
seamos preservados de todo mal,
de toda enfermedad,
de todo lo que pueda turbar nuestra tranquilidad
y seamos bendecidos por tu milagrosa intercesión.
San Lázaro bendito,
cura nuestros males,
alivia nuestros dolores,
danos consuelo en nuestras penas,
no nos dejes sin alivio y remedio,
en esto que hoy solicitamos de tu bondad:
(decir lo que se necesita conseguir).
cura nuestros males,
alivia nuestros dolores,
danos consuelo en nuestras penas,
no nos dejes sin alivio y remedio,
en esto que hoy solicitamos de tu bondad:
(decir lo que se necesita conseguir).
Santo bendito, Lázaro patrón y protector,
glorioso amigo del Señor,
ruega por nosotros,
por nuestras urgentes dificultades económicas,
por nuestros graves problemas laborales,
por todo lo que hemos solicitado
y esperamos conseguir prontamente por tu mediación.
Así sea.
Señor y Dios nuestro,
Tú escogiste a Lázaro como amigo
y nos lo presentas como ejemplo
de santidad y pobreza, resignación y bálsamo,
que nosotros no busquemos tanto
ser consolados como consolar,
ser comprendidos como comprender,
ser amados como amar.
ser comprendidos como comprender,
ser amados como amar.
Señor nuestro, también te rogamos:
auxílianos en la necesidad que tanto nos preocupa
y por la que pedimos en esta oración.
Concédenos ser el apoyo y el sustento
de nuestras familias,
igual que san Lázaro supo serlo
con sus bienaventuradas hermanas
y danos la fe que el siempre tuvo en Ti.
Señor Dios nuestro,
alcánzanos la salud de cuerpo y alma,
la salvación y la vida eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor,
que vive y reina por los siglos de los siglos
Amén. +
Rezar siete Padrenuestros y siete Glorias.
Hacer la oración y los rezos tres días seguidos.
El último día encender un velón morado.
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