¡Duende Rojo!, poderoso amigo mío,
Espíritu Soberano de la Naturaleza,
a la que cuidas, a la que respetas, mimas y proteges,
protege, ampara y cuida de mí también,
que como sabes estoy necesitado-a de ayuda
para vencer al enemigo y al mal que me rodea,
que como sabes estoy necesitado-a de ayuda
para vencer al enemigo y al mal que me rodea,
para que pueda amansar, dominar y vencer
y que se acabe para siempre todo lo que me perturba.