En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo,
mi Salvador, mi Redentor, mi paz y tranquilidad,
por el poder de su Preciosa Sangre,
que por amor derramó para mi salvación,
que por amor derramó para mi salvación,
y de su Santa Cruz, donde murió por mi redención,
rompo desde hoy y para siempre las cadenas y ataduras
que me impiden avanzar, tener bienestar y progresar.